Por Lukas Osorio
La instalación de nuevas ciclovías en Antofagasta ha generado un debate encendido entre vecinos, conductores y ciclistas. Mientras algunos cuestionan la baja demanda y la reducción de espacios para autos, la agrupación local de ciclistas “Pedalea Antofagasta”, representada por Carolina Toro, defiende con pasión estas obras, señalando que se trata de un paso clave para articular la movilidad urbana de manera más segura e inclusiva.
¿Un trazado pensado para los ciclistas?
Carolina destaca que el nuevo trazado busca conectar zonas fragmentadas y generar una red continua y funcional, fundamental para que el uso de la bicicleta no sea solo una actividad deportiva, sino una opción real de transporte diario. “La movilidad urbana es una red que debe estar conectada. Estas ciclovías permiten enlazar el centro con la ciclovía que viene por el norte y generan conexiones transversales que antes no existían”, explica.
Impacto en el tráfico: ¿mal necesario o avance necesario?
La redistribución del espacio vial genera resistencia y molestias, especialmente entre los conductores de vehículos privados, quienes ven reducido el espacio de estacionamiento. Sin embargo, Carolina asegura que esta incomodidad es parte del cambio hacia una ciudad más inclusiva para ciclistas y peatones, quienes son los usuarios más vulnerables.
“El auto privado y los autos mal estacionados han monopolizado espacios públicos, invadiendo veredas, ciclovías y paraderos. Las ciclovías están proyectadas en lugares que actualmente ocupan autos estacionados”, dice la dirigente, subrayando que cada ciclista es un auto menos en la congestión.
De hecho, estudios locales de eficiencia en horarios punta revelan que la bicicleta puede ser más rápida que el auto en trayectos urbanos cortos, lo que convierte a la bici en una alternativa eficiente para la movilidad en Antofagasta.
¿Existe cultura ciclística en la ciudad?
Aunque la ciudad aún está en proceso de adoptar esta cultura, Carolina afirma que el crecimiento es palpable: “Nuestras cicletadas superan las 50 personas y cada vez hay más gente usando la bici para transportarse, no solo para deporte”. Además, Antofagasta tiene condiciones climáticas favorables para el ciclismo durante todo el año.
No obstante, para que esta cultura crezca, es necesario que las autoridades políticas apoyen y promuevan una visión amplia del derecho a la ciudad, fomentando un ambiente de respeto y evitando discursos de rechazo hacia los ciclistas que solo generan hostilidad y ponen en riesgo su seguridad.
¿Baja demanda? Solo una percepción sin datos
La crítica más frecuente —la baja demanda de ciclistas— es, según Carolina, una percepción basada en opiniones personales más que en datos reales. La agrupación ha registrado un aumento constante en el uso de bicicletas, especialmente cuando la infraestructura es segura y protegida.
La cartografía de trayectos difundida por la agrupación, basada en datos de la aplicación Strava Metro, demuestra cuáles son los corredores más usados, ofreciendo una herramienta clave para que las políticas públicas se funden en evidencia técnica, no en prejuicios ni opiniones aisladas.






