Entrevista a la cantante, guitarrista y gestora musicaL, Gianinna Mutarello.
Por. Jimena Herrera
¿Qué tal si tú? es el título del nuevo video clip que es parte del disco “La idea original”, de la cantante y guitarrista antofagastina Gianinna Mutarello. Filmado en la Avenida Brasil de Antofagasta, narra la historia de una primera cita y el boom de las barberías. Con una estética de los años 20´, la pieza audiovisual nos sitúa en una especie de sueño rosa pastel con sabor a frutillas. Esta puesta en escena de la artista, nos transporta a una ciudad donde el blues se mezcla con el aroma de las palomitas de maíz, el helado de vainilla y un toque vintage.
¿Cómo surgió la idea de hacer este video clip?
– Fue algo muy especial. Cuando me preguntan cómo nació, yo creo que nació cuando hice la canción, no se me ocurrió después. Cuando uno hace una canción, hay algo visual, te imaginas una historia, tiene un por qué. “La idea original”, es un disco que tiene 10 canciones y se entrelazan con una declamación poética. Se gesta, porque yo no tenía banda cuando empecé a tocar, entonces participé en un evento que se llama “Las escuelas de rock”, que es una audición. Me subí al escenario y no tenía ninguna banda de soporte, sólo guitarra y voz. Entonces se me ocurrió decir un texto, antes de tocar, para llamar la atención del público. Eso funcionó muy bien, porque todos se quedaron callados escuchando. Fue lo único que se presentó en el escenario con poesía y canción. Me di cuenta que había una propuesta artística diferente y que a la gente le gustaba mucho. Empecé a buscar mis textos que tenía como post en Facebook y que tenían muchos likes, y los traté de unir con las canciones que ya había hecho para armar la historia que es “La idea original, un disco de desamor y venganza”, así le puse.
¿En qué está inspirado el video de ¿Qué tal si tú?
– En el video aparecen unas barberías, porque está inspirado en empresarios migrantes, que es el texto que acompaña a la canción “Qué tal si tú”. Está inspirado en las primeras citas, pero también con ese cambio que existe en la región con la llegada de las barberías. Es una comedia romántica, muy vintage, y que narra ese coqueteo que existe en Antofagasta. Es una producción 100% local, a cargo de la productora Cuarto Gris y producido musicalmente por Fernando Alvarado. Las locaciones son dos emprendimientos regionales también. El actor es Iván Campesino, armonizista que me acompaña en la banda. Yo también aparezco en la actuación. Todo es 100% autogestionado, regional, y financiado gracias al público que compró el CD, a través de una campaña, y al final aparecen en los créditos. Grabé dos video clips que acompañan a esas canciones y ahora estoy en la fase de grabar el siguiente video, que es “La invitación”. Un single que estoy promocionando en Spotify y que espero pronto darle el otro soporte que es visual.
Dices que la idea de hacer el video nació cuando hiciste la canción. ¿Te pasó algo similar con tu historia con el blues?
– Sí. El blues no aparece como un estilo que yo escuchara antes, apareció porque cuando yo empecé a cantar y tocar la guitarra, la gente me decía que yo cantaba blues. Fue un accidente con un buen resultado, porque siempre he tenido muy buena onda con quienes tocan la armónica, un instrumento muy clásico del blues. Después conocí el blues como estructura musical y me di cuenta que las canciones que había escrito estaban bajo esa fórmula, pero yo no lo sabía. No dije: “voy a hacer un blues para que se forme un colectivo, no es así. Yo siento que algo pasa por ti”.
¿Como una fuerza que te impulsa?
– Exacto, es como si algo pasara dentro de ti. Y yo siento que el blues femenino tiene esa fuerza. Empecé a descubrir que las mujeres en el blues fueron todas invisibilizadas. El primer blues fue grabado por una mujer, las canciones más importantes del blues fueron escritas por una mujer. Y “Mujeres del blues”, es un colectivo liderado por una chica de Santiago, pero reúne a cantantes e instrumentistas de todo Chile. El objetivo es revindicar el estilo que nace de las mujeres. Que no nos olvidemos que partió así, desde esa lucha por ser escuchadas y de ser irreverentes. Porque en esos años, había un machismo bastante grande y mucha pobreza. Eran negras y, aún en los años 20, quedaban los coletazos de la esclavitud.
Esas personas tuvieron algo especial para poder derribar todas las barreras que existían, porque pese a que querían eliminarlas de la historia, hicieron su música, y hoy su fuerza es increíble. El disco está inspirado en el blues, pero más que el estilo o la estructura musical, me gustan las mujeres afroamericanas que impulsaron el blues.
¿Desde tu experiencia vital qué significado tiene la música?
– La música es lo que me motiva a despertarme en las mañanas. Es como ese chispazo en la mañana que te dice: “oye, el día puede ser más bonito”.
¿Cómo fue tu infancia en relación con la música?
– Creo que yo tenía 4 o 5 años. Hay que situarse en un ambiente de dictadura, mi abuelo Vitalio Mutarello desapareció en el golpe militar y nunca apareció. Mi mamá se quedó sola y es una historia bastante triste. En ese contexto, y lo recuerdo bien, un día me preguntó que quería ser cuando grande, y yo le dije “mamá, quiero ser cantante” y me dijo: “Ay Gianinna, estamos en Chile, aquí a la gente que canta la matan”. Después cuando yo estaba más grande vi que a Víctor Jara y muchos actores y músicos en Chile, efectivamente los mataron, no era que mi mamá me estuviera mintiendo.
¿Luego de eso se bloqueó tu idea de ser cantante?
– Fue algo que se fue desbloqueando en el tiempo. En el colegio gané un concurso en el festival de la voz y después cuando estaba en sexto básico me llevaron al programa Pijama Show de Telenorte, y ahí canté. Mis compañeros del colegio lo vieron y me decían: “oye, tu saliste en la tele”. Ese día me regalaron 18 “Súper 8”. Cuando tenía 11 años, mi abuela me regaló una guitarra de juguete con un micrófono, entonces cuando iban las visitas a mi casa hacía shows. Pero, siempre consumí mucha música, música en vivo, y conciertos en Chile y en otros lugares. Además, siempre me gustaron las mujeres de los años 90´ que tenían proyectos musicales, como Javiera Parra, Nicole, o Denisse Malebrán de Saiko. Siempre las admiré, pero canté mis canciones en público desde el año 2016 en adelante.
¿Qué pasó en ese año?
– Trabajaba en minería por turno y tenía 32 años. Un día me aburrí, no hubo un factor detonante, sólo dije: “no me voy a pasar toda la vida trabajando en turnos tan largos”. Llamé un taxi y me fui para la casa. Cuando llegué me preguntaron: cuál era el plan y dije: “voy a tocar la guitarra”, y me respondieron: “¿pero sabes tocar?”, “no” –dijo-, “pero voy a aprender”. Aprendí y luego vino un escenario, después otro y otro, y no sé en qué momento pasaron ocho años”.
También haces gestión cultural. ¿Cómo comenzaste con eso?
– Cuando renuncié a la minera postulé a un programa que se llama “servicio país”, donde mandan profesionales a diferentes partes de Chile a hacer un voluntariado. Me fui a trabajar a la Tercera Región a “Bahía Inglesa”. Y ahí fue la primera vez que canté en público, porque tuve que hacer una intervención en un colegio que era muy vulnerable. Luego, una fundación que se llama “Te falta calle”, me invitó a otro escenario y después me invitaron a Huasco y así sucesivamente. Pero sentía que había pocas instancias y dije: “bueno si voy a tocar y hay pocas instancias tengo dos opciones; quedarme en la queja, o generar espacios para que la gente toque, y de ahí también se abre otra línea que es la gestión cultural. Producir espacios de eventos para tocar yo e invitar a los demás a tocar. Ahora estoy a cargo de la gestión de eventos en el espacio Fitza.
¿Crees que es difícil hacer música en Antofagasta o en regiones?
– Yo creo que hay una problemática inicial que son los espacios. La gente no tiene un lugar donde presentarse con su música en vivo. Todos los lugares para montar un espectáculo propio son muy caros. Durante los fines de semana, en los bares, casi siempre lo que se busca es entretener a un público. Entonces, creo que hay una problemática bastante grande con los espacios acondicionados para la música en vivo y eso hace una gran diferencia con la zona centro y sur, donde un sábado en la noche puedes encontrar muchos bares, con una infraestructura para poder tocar y con un público que está acostumbrado a ver música autoral.
¿Qué debiera pasar para que eso cambie?
– Lo que yo creo que tiene que pasar es lo que ha sucedido en otras regiones, por ejemplo, Valparaíso o Concepción, que son ciudades reconocidas como polos musicales y eso también tiene que ver con una organización desde los mismos músicos.
Con las nuevas plataformas tecnológicas, ¿cuánto de verdad crees que hay en el hecho de que la gente ya no compra discos?
– Yo siento que nos falta mucho hablar de otras industrias y no podía hacerlo si nunca he sacado nada. El primer objetivo era hacer el video y conversar de otras cosas que están pasando. Lo que más me gusta es el llamado a mantenernos alertas. Porque eso de que, con las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial, el Spotify, la gente ya no compra discos, que la gente ya no lee, es un discurso bien inventado. Entonces el disco también te dice: “pongamos atención”. Creo que todo lo que sea inmediato, es súper bueno, pero también quita algo que tiene que ver con la reflexión, con el análisis de información, con la capacidad de debatir respecto a algo. Cuando te dicen que un disco ya no vende en físico, es mentira. Si es un buen trabajo lo va a hacer, porque esas cosas no mueren. Y lo otro es ser honesto con lo que tú quieras decir, porque si bien el marketing funciona un montón, el público se da cuenta cuando tiene un objetivo de marketing y que es momentáneo, o cuando algo tiene un objetivo más profundo, como por ejemplo revindicar un género olvidado. Este disco lo presentamos en el Liceo Comercial, con el Programa de Apreciación de la Música Nacional, y alguien pudiese decir: “oye qué música tan antigua”, pero a los niños de segundo medio les encantó. Analizaron las letras y se armó todo un discurso. Se logró el objetivo que era que analicemos, que conversemos de algo. Como el disco tiene poesía también, hicieron un análisis con otros autores, yo estaba impresionada de que engancharan. Después hicimos el lanzamiento del video clip. El blues es un género muy antiguo, pero extrañamente se mantiene muy vigente, entonces ya no murió, aunque si hay un trabajo de rescatarlo y de traspasarlo a otras generaciones. El que quiera escuchar el disco entero está disponible en portal disc para descarga gratuita. Para comprarlo, está en mis redes, después yo lo voy a dejar y firmamos el CD.
¿Qué se viene ahora?
– Me falta juntar un poco de plata, porque todos los procesos creativos son muy caros, porque es mucha gente la que está detrás de los proyectos: cámara, editor, guionista, corrección de color, maquillaje, vestuario, traslados, locaciones, y que encuentres a alguien que haga lo que está en tu cabeza. Quiero grabar “La invitación”, que es el segundo single, que ya está disponible en Spotify, pero me falta un poco de plata. Me gustaría grabar otro disco, ojalá a fin de año, después de que termine esta promoción, porque en este disco no grabé instrumentos, sólo las voces. Entonces ahora me gustaría tener un disco donde grabe las guitarras, pero ese disco no es Gianinna Mutarello, es Mutarello y Campesino, que es mi proyecto paralelo. Y ahí solo usamos guitarra y armónica, en un formato mucho más reducido, y yo creo que también suena mucho más blusero, del Chicago Blues, porque me gustaría hacer un rescate del blues más clásico.
¿Y hay un evento también?
– El 3 de agosto hay un evento acá, es lo más próximo que se viene. Ahí nos vamos a reunir con la banda completa y claramente cuando uno toca con todos sus compañeros y con todos los instrumentos sonando a la vez, se siente de otra manera, porque últimamente he estado solo guitarra y voz. Hice una gira el año pasado de 12 fechas, Santiago, Concepción, Talcahuano, y sólo guitarra y voz. Y esa banda de soporte que va a ser con músicos locales, va a recibir, además, a dos cantantes bluseras que nos visitan de otras regiones. Vamos a sacar un evento el día viernes 2 y el día sábado 3 de agosto que es el Día Internacional del Blues, el 2 es una previa en un bar con ambiente mucho más bohemio y el día 3 en un ambiente más íntimo.
¿Hoy estás contenta?
– Estoy contenta, me siento satisfecha por el trabajo realizado y uno de los factores ha sido mi mente más lógica, porque soy ingeniera comercial de profesión. Puedes tener la idea de hacer un video clip, que salgan los pasteles y la barbería. Se te puede ocurrir eso, pero de ahí a hacerlo, es otra cosa. Tiene que ver con una planificación, con ponerte metas, con liderar grupos. Y si no funcionó, te reinventas. No tengo encargada de prensa, no tengo manager, pero sí creo que esa planificación más rigurosa y trabajo en las finanzas, me permitió avanzar. Por eso no me arrepiento de haber estudiado esa carrera y haberme “demorado” un poco más en hacer lo que me apasiona, porque al final todo fue aprendizaje. Me siento orgullosa de haberlo logrado, porque nadie confiaba en mí en un principio, no me tenían mucha fe. Hasta ahora yo creo que mi mamá piensa que es un juego para mí. Y no es un juego, en realidad me lo he tomado bastante en serio.
Ve el video clip en el siguiente enlace: